Aprender a cultivar una práctica de gratitud en nuestras vidas puede ayudar a mantener una mentalidad positiva ante las situaciones abrumadoras o algunas veces fuera de nuestro control. La gratitud no necesita reservarse solo para ocasiones importantes o especiales, sino que puedes estar agradecido por algo muy simple como una plática con un buen amigo, o una buena comida.
Una práctica regular de gratitud es importante para nuestro bienestar emocional, simplemente porque todo aquello en lo que tendemos a pensar más, ya sea positivo o negativo, se vuelve más abundante dentro del yo.
Por lo que el enfocarnos en la gratitud, nos ayuda a ser más optimistas ante las situaciones que se nos presentan y viceversa. Cuanto más nos involucremos en cualquier pensamiento, más fuerte se volverá esa vía neuronal. Se ha descubierto que aquellos que ponen un mayor enfoque en el aprecio y la gratitud, tienden a sentirse más alegres y positivos en general, y una vez que la práctica se instala en el cerebro, la rutina de gratitud tiende a fluir naturalmente.
3 ejercicios sencillos para practicar la gratitud en tu día a día.
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Siempre que experimentes algún tipo de angustia, frustración o incluso enojo, realiza el siguiente desafío: haz una pausa y obligadamente identifica tres cosas que aprecias en ese momento. Por ejemplo supongamos que estás cansado(a) de trabajar desde casa por la situación de la pandemia, tómate un momento y agradece que tienes trabajo, tienes un lugar seguro donde trabajar, y puedes tomar un descanso y abrazar a algún familiar o incluso algo simple como prepararte un café o un té. Para esos momentos de gratitud, puedes prepararte como té, el beauty collagen matcha lemonade o beauty collagen lemon ginger, ambos son una buena opción que además de beneficiar a tu salud, beneficiarán a tu paladar.
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Crea una lista de gratitud. Cada mañana haz una lista sobre lo que estás agradecido y por qué. Incluso, si realmente deseas perfeccionar tus habilidades podrías agregar una tercera columna sobre lo que se está haciendo hoy para ilustrar esa gratitud. La demostración de gratitud no tiene que ser algo complejo, sino que puede ser un pensamiento, un cumplido, una sonrisa, un mensaje ó una oración.
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Comienza y termina tu día con simples declaraciones de gratitud. Otro consejo para practicar la gratitud es entrenar la mente para que tanto al despertar como al finalizar el día, pienses en cinco declaraciones de gratitud. Estas sencillas acciones pueden entrenar al cerebro para que se centre en la positividad y en las alegrías de tu vida.
Hacer de la gratitud un hábito
Es importante tener en cuenta que como cualquier hábito, la gratitud es una conducta que se debe practicar de manera repetitiva para poder realmente cosechar sus beneficios, de esta manera cuando algo salga mal, va a ser más probable que el cerebro reconozca los aspectos positivos, aun dentro de una situación negativa. Al practicar la gratitud permites sentirte rodeado de aprecio, amor y energía positiva.